Ya les he comentado en otra oportunidad que adoro la lluvia, no importa lo empapado que puedo terminar me encanta!!!, sentir mi rostro humedo, mirar al cielo con los ojos cerrados y pensar en las mil y un cosas que me pasan.
Cuando era niño recuerdo los partidos de futbol en la pista con toda la lluvia cayendo en cima de 6 niños tras el balón y los arcos hechos de dos piedras. Goles horrorosos, la pelota esbalosa pasaba entre las piernas del arquero. La suciedad con que terminabamos tenía que ser acompañado de un merecido baño.
Cuando era universitario, y regresaba en la 45A por la Av. Mexico viendo los vidrios empañados y pensando en todas las cosas que dejaba atrás, ah guise y july, cada uno en su momento. Y mi soledad junto a mi mochila diciendome "Siempre te sentiras solo".
Ahora llego a mi trabajo el frío, la neblina y la lluvia forman un ecosistema muy peculiar ahí. No se vé el reactor!!! el frio cala mis huesos y la lluvia despierta mi alma luego de un viaje de mas de una hora. Miro el cielo de nuevo y pienso en todo lo que he vivido.
Quisiera caminar por la calle, sin rumbo, sin motivo, sin presión, sentir una vez más la lluvia como hace mucho, como un día. Caminaba y me detuve!, fué la primera vez que miré el cielo de la forma en que extraño. Levante mis brazos y pensé "soy feliz"; no he vuelto a hacerlo ni a senitrlo, lo más cercano fué pensar "estoy alegre".
Un día de lluvia (y frío) fué nuestra unión...
Tú beso (ese día) fué tan frío como la lluvia...
Solo quería un día de lluvia para protegerte a tí...
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